A ella le gusta observar a la gente que va de aquí para allá, analizar su ropa, sus gestos, sus ojos. . .e imaginar su historia. Era capaz de leer las letras de la piel, de traducir el sonido de una risa y de codificar el de un llanto. Era divertido.
-Miras con demasiada intensidad a la gente.
-No miro.
-Ya, observas. . .
-Exacto.
-Con demasiado interés de todos modos.
-Es así como debe hacerse.
A ella le gusta escribir con la tinta de la curiosidad.
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